DOS MIRADAS
La España invicta
El próximo domingo se cumplirán 75 años desde que una muchedumbre con el brazo en alto diera la bienvenida al Ejército victorioso que enfilaba las calles de Barcelona. Setenta y cinco años desde que la portada de La Vanguardia saludaba con un «Barcelona para la España invicta de Franco». A partir del 26 de enero, en Catalunya, fue algo más que un periódico lo que se puso «al servicio de España y del Generalísimo Franco». La guerra terminó y pronto se reanudó en la ciudad una vida con ansias de normalidad. Quienes habían visto arrebatadas fábricas y posesiones, las recuperaron. Los que habían aprendido a sacar tajada de un bando supieron beneficiarse de los nuevos tiempos. Los que habían huido por temor a las represalias tardaron años en desandar la dramática partida. Muchos otros se quedaron y vivieron su particular exilio interior. La mayoría de la población, aliviada por dejar atrás las sirenas y los bombardeos, siguió combatiendo contra el hambre, que se negaba a ser derrotada.
Hace 75 años, en la misma ciudad que ahora revive la historia desde el sesgo simple y oportunista del «España contra Catalunya» hubo barceloneses derrotados y vencedores. Basta con preguntar a los mayores para saber lo que la propaganda quiere borrar. La revisión de la historia bajo la soflama de las banderas nos conduce a la épica literaria. Conmovedora, movilizadora… y tan tendenciosa como algunos titulares de la prensa.
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